El Banco Central de Reserva de Perú (BCR) confirmó que la inversión privada peruana registró un fuerte colapso en el primer trimestre de ese año; en comparación a un crecimiento de 1,6 % entre enero y marzo del 2022, reflejando así el impacto de las protestas sociales y el menor nivel de inversiones mineras en el país andino.
De acuerdo a las cifras publicadas la inversión privada retrocedió un 12 % entre enero y marzo de este 2023; un resultado ligeramente mejor al esperado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que apuntaba a una caída de 13 %. El banco central precisó que la caída se sustenta en la contracción de la inversión minera, que ascendió hasta 23,2 %, y a la caída de la inversión proveniente de otros sectores económicos, que llegó a 11 %.
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Según el BCR, el indicador de inversión privada se sumó a otros factores que empujaron a la baja al crecimiento de la economía peruana en los primeros tres meses del año, luego de que el PBI retrocediera un 0,4 % tras dos años de crecimiento continuo a nivel trimestral.
El MEF había anticipado que la caída del primer trimestre en la inversión privada sería la más fuerte desde la crisis financiera de hace más de una década sin contar el colapso que se vio durante el Covid-19. En efecto, el retroceso de este indicador es el más fuerte desde el tercer trimestre del 2009 -cuando retrocedió un 12,8 %- sin considerar los años de la pandemia.
Este resultado se atribuye a paralizaciones y menor confianza empresarial como consecuencia de los conflictos sociales.