En el reciente debate sobre el séptimo retiro de fondos de AFP, el presidente de la Comisión de Economía del Congreso, César Revilla, presentó una propuesta que busca beneficiar a los afiliados desempleados.
Revilla propuso que aquellos afiliados que enfrentaran un periodo de desempleo entre seis y doce meses pudieran acceder a un retiro especial. La cantidad variaría entre una Unidad Impositiva Tributaria (UIT), equivalente a 4,950 soles, y dos UIT, alcanzando los 9,900 soles.
El objetivo central de esta iniciativa era asegurar que las personas desempleadas pudieran disfrutar de los ahorros acumulados en sus fondos de AFP, sin comprometer su futura jubilación. La intención no era desfinanciar a los afiliados, sino ofrecer un respaldo financiero a quienes atraviesan dificultades económicas debido a la falta de empleo.
Consideración del Fondo Promedio del Afiliado
Revilla también enfatizó la importancia de calcular el fondo promedio que tiene cada afiliado, asegurando que el retiro propuesto fuera proporcionado y no perjudicial para la estabilidad financiera a largo plazo.
En términos de criterios de ayuda, se destacó la necesidad de auxiliar a aquellos peruanos que verdaderamente enfrentan apuros económicos debido a la falta de empleo. Revilla subrayó la importancia de no extender esta medida a personas con ingresos superiores a dos o tres UIT mensuales, ya que para ellos, retirar fondos de AFP podría resultar en un gasto innecesario de sus ahorros previsionales.
Ayuda específica para quienes mantienen ingresos mensuales
Revilla también hizo hincapié en que la ayuda económica debería dirigirse de manera específica a quienes mantienen ingresos mensuales, pero con propósitos diferentes, como la adquisición de una primera vivienda. En este contexto, señaló que ya existen normativas para este tipo de situaciones y que se debe tener cuidado al aprobar retiros discrecionales.
La propuesta de retiro de AFP exclusivo para desempleados presentada por César Revilla buscaba equilibrar la necesidad de ayuda económica inmediata con la preservación de los fondos destinados a la jubilación. Este enfoque evidencia la preocupación por atender las circunstancias particulares de los afiliados, especialmente aquellos afectados por la falta de empleo, mientras se evitan decisiones que puedan comprometer su seguridad financiera a largo plazo.