Por supuesto que la gestión del censurado ministro Vicente Romero desde hace mucho tiempo estaba haciendo agua por todos lados, sus medidas populistas y fallidas como el ‘Plan Boluarte’, los equipos policiales supuestamente especiales y las declaratorias de emergencia con simples palabras y sin recursos, a pesar del incesante incremento de los delitos y percepción de inseguridad, hacían insostenible su permanencia en el Mininter.
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Pero si bien su salida era necesaria, este solo hecho no soluciona el clima de incertidumbre generado por la delincuencia que afecta a la economía y mantiene en vilo a los emprendedores y a la población en general; tampoco es motivo de celebración como pretende la congresista Patricia Juárez y compañía quienes inmediatamente después de la caída del exgeneral, han salido a pechar al Gobierno diciendo que la censura es un llamado de atención al Ejecutivo y un mensaje de que “está haciendo mal las cosas”.
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Aquí no hay ganadores, solo perdedores. De acuerdo al exministro Rubén Vargas, el país afronta una de las mayores crisis de inseguridad de su historia. Se equivocan de cabo a rabo los congresistas triunfalistas si pretenden hacer creer que son los salvadores del país con esta censura. La ineficiente gestión del ministro que no logró controlar el crimen organizado a pesar de los estados de emergencia, es solo una parte de un complejo problema que demanda una respuesta enérgica e integral que involucre, por supuesto, a la Policía mejor dirigida y fortalecida con logística y recursos, pero también a un Ministerio Público y un Poder Judicial transparentes y comprometidos con la justicia y la defensa de los ciudadanos.
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No solo eso, las organizaciones criminales seguirán haciendo de las suyas si -como hasta ahora-, la lucha contra la inseguridad sigue sin rumbo ni liderazgo. Es decir, como señalan los especialistas en esta edición, si la presidenta Boluarte y el sucesor de Romero, no asumen esa tarea articuladora, si no le dan un norte, una visión integral a la lucha contra la delincuencia, el problema empeorará.
Las redes criminales ganarán más terreno si desde el Legislativo se sigue cerrando los ojos a la realidad y en lugar de legislar sobre lo urgente como devolverle a la Policía el liderazgo en la investigación del delito, priorizan sus intereses, como asignar jugosos bonos a los trabajadores del Congreso.