Parece que la ola de bloqueos de carreteras ha llegado también a Piura, una región que se creía inmune a los discursos extremistas y al maniqueísmo político propio del sur del país.

Sin embargo, vemos que el fantasma del extremismo ha conquistado a un sector de los ronderos de esta zona del país: se cuenta que aproximadamente 20 bases acatarán las medidas de fuerza necesarias “en solidaridad” con sus pares reunidos en Lima, Puno, Cusco, etc.

¿Por qué el mensaje de paz parece haberse deteriorado y cumplido su vigencia en Piura? Los medios de comunicación y la academia han dicho que llevar las cosas más allá de su limite no servirán para hallar soluciones viables. Un país que gobierna basado en el buen o mal humor de la turba, no logra trascender las circunstancias ni construir verdaderas políticas que garanticen el desarrollo.

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La política no es simplemente un acto de voluntad, un mandato con pistola en mano, un chantaje disfrazado de mayoría democrática: la política es un construcción colectiva mediante reglas claramente establecidas y que nadie tiene derecho de cambiar a su antojo. Como construcción, hay (o debería haber) una racionalidad detrás de cada decisión y solo es posible llegar a esa racionalidad mediante el debate.

Así que los conciudadanos que han comenzado a jugar al bloqueo de pistas deberían tener presente que la democracia no los faculta a adoptar semejantes medidas. Quien sí está capacitada para pacificar la zona y despejar las pistas es la Policía. No hay abuso en esto: el abuso está en quienes creen que interrumpiendo las líneas de comunicación del país pueden imponer su punto de vista. Lamentamos que en pleno siglo XXI haya quienes recurran a estas prácticas tan primitivas para expresarse.

Esperamos que este problema no se extienda a otras zonas del norte país y que las fuerzas del orden impongan su autoridad para evitar que el problema político se agrave. Recordemos que en estos momentos el país se encuentra paralizado y no hay forma de hacer andar hasta que no se halle una solución que satisfaga a todas las partes en conflicto, pero que rescate el ideal democrático y nos permita retomar la senda del crecimiento que ha generado desarrollo en el país.

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