Al haber bajado la calificación crediticia de los bonos soberanos del Perú de A3 a Baa1, lo que la agencia Moody’s Investors Service está diciendo es que, si bien nuestro país tiene la capacidad adecuada para cumplir sus obligaciones financieras, posee “condiciones económicas adversas” que pueden debilitar su capacidad para cumplir sus pagos. Así lo define el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en su portal.
Esto es serio. Con esta calificación el Perú se mantiene en grado de inversión, pero a tres puntos de perder esta calificación. Moody’s opina que en un entorno político continuamente polarizado y fracturado ha aumentado el riesgo político, debilitando materialmente la capacidad de formulación de políticas: “Estas condiciones han afectado negativamente la confianza de los inversores y han socavado la resistencia económica de Perú, lo que ha afectado negativamente (sus) perspectivas crediticias a mediano plazo”. Esto -además- ha deteriorado progresivamente la fortaleza institucional del Perú durante los últimos dos años.
En este 2021 la percepción de falta de claridad sobre las políticas de la nueva administración, los controvertidos nombramientos del gabinete, las tensiones entre Ejecutivo y Legislativo y los crecientes desacuerdos dentro de Perú Libre han acentuado varios riesgos para la gobernabilidad general, la efectividad de las políticas y la credibilidad.
Aunque el Gobierno apuesta por reducir de forma gradual y sostenida el déficit fiscal durante los próximos años, para la calificadora este plan de consolidación fiscal de las autoridades estará expuesto a presiones de gasto persistentes como resultado de “demandas sociales duraderas”.
Si a esto le sumamos la predilección del presidente Castillo y sus cuestionados pero inamovibles ministros por las medidas populistas, es de imaginar lo que se viene para la golpeada economía peruana.
Solo en materia de créditos, el sistema financiero, presionado por la inestabilidad política, ya empezó a endurecer (entiéndase encarecer) los créditos, siendo las empresas las primeras en ser afectadas, esperándose que trasladen los altos costos de los préstamos al precio de los productos, ayudando a subir más la inflación. ¿Esta situación se revertirá si el presidente sigue defendiendo a ministros con graves acusaciones como el premier y el señor Maraví?