Luego de una derrota más en las Elecciones del 2 de octubre y ante la inesperada revelación del presunto favorecimiento para la fuga de su sobrino Fray Vásquez, el inquilino de Palacio de Gobierno, Pedro Castillo, y sus asesores deben estar rompiéndose la cabeza al saber que no pueden seguir fallando al jugar las cartas que les quedan, para ganarle el partido a la justicia: allanar el camino para quedarse en Palacio.

Si quería librarse de la imagen de presunto cabecilla y proyectar la de líder político, los resultados electorales han sido un duro golpe para el Gobierno. Han evidenciado que en el 2021 Castillo no ganó las Presidenciales por un trabajo partidario de Perú Libre sino que tuvieron mucho que ver las circunstancias y el azar.

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El intento de echar a andar las agrupaciones castillistas Partido Magisterial y Peruanos Como Tú, fracasó al no poder reunir las firmas ni poder conformar comités partidarios en las regiones.

Otras cartas mal jugadas hasta ahora desde Palacio son, por un lado el plan para evitar que la cuñada-hija putativa del presidente, Yenifer Paredes, salga del penal de Chorrillos, los abogados no consiguen que sea liberada ni rebatir las pruebas en su contra por presuntos delitos de organización criminal y obstrucción de la justicia; el otro fracaso es el fallido intento de quebrar al equipo especial de la PNP que apoya a la Fiscalía, el costo político de este plan les está resultando muy alto y solo han conseguido resultados adversos: el ministro del Interior estuvo al borde de la censura y se abrió una nueva investigación por el caso Colchado.

Se equivocan, sin embargo, quienes subestiman al Gobierno. No hay nada más peligroso para una sociedad que un gobernante asustado y desesperado, más aún en el caso de Castillo que se siente acorralado por la justicia y es capaz de hacer cualquier cosa para lograr impunidad. Por ejemplo, dar la estocada final que le permita lograr un manejo político de las Fuerzas Armadas, para neutralizar la acción del Ministerio Público y el Poder Judicial. Y en esta batalla sí que está saliendo victorioso hasta ahora, especialmente desde que nombró al etnocacerista general Barragán, amigo de Antauro Humala, quien no solo agita las calles sino que habría prometido a Castillo ayudarle a lograr el control de las FF.AA.

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