Cómo era de esperarse, el valiente comunicado de la Conferencia Episcopal Peruana fijando su postura a favor de un adelanto de elecciones previa reforma política, desató la ira de los representantes del cerronismo quienes no soportan que la institución que realmente está del lado de los más pobres, del verdadero “pueblo”, hable sobre la grave crisis de la que, en gran medida, ellos son causantes.
El reciente tuit del congresista Waldemar Cerrón atreviéndose a amenazar con una intervención del Estado en la Iglesia Católica -en su organización y en sus “cuentas económicas”- por supuestamente “meterse” en “asuntos de Estado”, refleja un irresponsable desconocimiento para alguien que ostenta el cargo de congresista.
El que el señor Cerrón sea comunista, marxistas y leninista y desconozca que el dinero de la Iglesia no es del Estado sino de los católicos -es dinero privado-, no le da derecho a amenazar ni a tratar de callar a sus representantes, más aún cuando lo que los obispos del Perú han hecho mediante su reciente comunicado es pedir una transición política para salir de la crisis, y que se investigue y persiga los actos de la corrupción al más alto nivel.
Es entendible la indignación del ala radical de Perú Libre si tenemos en cuenta que su gran proyecto de Gobierno “no más pobres en un país rico”, está llevando al país al colapso. Porsupuesto que estarían felices si la población siguiera callada. Les molesta tanto que quien ha levantado la voz es la Iglesia que -a diferencia de los “consejos de Estado” vacíos de público y cercados por policías para evitar las protestas-, los obispos y sacerdotes sí que tiene aceptación entre la población, la Iglesia sí que camina al lado de los más débiles. Sirve a los más pobres, no se sirve de los más necesitados para manipularlos y enriquecerse.
¿Dónde estuvo el señor Cerrón y sus compinches de bancadas amigas, cuando en plena pandemia los más necesitados clamaban por plantas de oxígeno, medicina y consuelo? No estuvieron salvando vidas. Todo lo contrario, apoyaban el deterioro de la tecnocracia en el Ministerio de Salud, blindaban al ministro charlatan del agua arracimada.
¿Donde estuvieron los obispos y sacerdotes? Dando consuelo a través de misas virtuales, visitando hospitales, haciendo colectas, llevando ayuda. Y donaciones producto del dinero de los católicos.
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