En estos momentos de incertidumbre política y económica, en aras de la paz, sería bueno que la OEA acoja el pedido de un sector de los políticos peruanos que desean que esta institución transnacional audite el proceso electoral peruano y determine si efectivamente hubo o no fraude.
¿Por qué es necesario que esto ocurra? Porque más allá de cualquier idea o preferencia política que tengamos, en estos momentos es preciso pensar en la gobernabilidad, en la legitimidad del posible mandatario. El Perú está fraccionado, dividido y al borde de una crisis política mayor de la prevista al final de la segunda vuelta. Si queremos que el país se reintegre en torno a una idea común -que es la idea del progreso patrio, indudablemente-, debemos crear condiciones para que el gobierno entrante realmente represente ese interés. No sirve mucho a la sostenibilidad de la democracia que Pedro Castillo, por ejemplo, asuma la presidencia tras una elección envuelta en un manto de sospecha. En dos meses tendríamos otro presidente y volveríamos a caer en la espiral anárquica de la que pretendemos salir.
¿Qué pasaría si la OEA no encuentra nada irregular? Sería beneficioso para el país saber que nuestras instituciones se comportaron a la altura de su deber histórico y tendríamos, en consecuencia, autoridades legítimas. Sería tiempo de que la oposición asuma un papel constructivo pues, como hemos insistido en otras oportunidades, el éxito o fracaso del gobierno es el éxito o fracaso del país entero. Disociar los destinos del gobierno y los de la ciudadanía solo para fines políticos no es ético ni realista.
¿Qué pasaría, en cambio, si la OEA descubre irregularidades o, en el peor de los casos, fraude? Correspondería convocar a una nueva segunda vuelta o a un nuevo sufragio, todo en aras de conservar la legitimidad que requiere el más alto cargo político del país para su ejercicio pacífico. Si la tranquilidad ciudadana exige que se pase por una auditoría, como la reclaman algunos personajes, sería bueno que la OEA tome en cuenta este pedido y que ninguno de los contendores, Keiko Fujimori y Pedro Castillo, oponga trabas a un escrutinio sereno, técnico e imparcial. En los próximos días, seguramente, tendremos novedades al respecto.