El próximo 24 de julio se celebrará el primer congreso de Perú Libre tras las Elecciones. Con Castillo como virtual Presidente de la República, muchos serán los que pretendan subirse al coche o reafirmar su protagonismo, lo que podría provocar una prematura crisis política y de gobernabilidad en el país, bastante herido ya por las dudas sobre la legitimidad de estos comicios.
Por principio de cuentas, hay que advertir que todos los partidos celebran congresos ya sea para reafirmar su línea política o para hacer importantes cambios o virajes en la misma. ¿Qué podemos esperar de un congreso de Perú Libre, cuyo fundador se dedica a responder desde Twitter a las críticas sobre su nefasta influencia sobre el electo presidente, alegando en casi todos sus mensajes que su agrupación y no el profesor es la ganadora de las elecciones presidenciales? ¿Qué podemos esperar del próximo cónclave, si su principal figura intenta a cada momento reafirmar el liderazgo de su partido aún por encima de aquellos que, moderando el discurso de Castillo, lo ayudaron a conseguir su ajustadísima victoria? Es de esperarse que Vladimir Cerrón pretenda reafirmar el ideario de Perú Libre, una agrupación autoproclamada marxista-leninista y otros rótulos incompatibles con la realidad peruana y las necesidades políticas actuales. La pregunta es si el profesor Castillo se dejará intimidar por las presiones del sector más duro del partido que le prestó su nombre para postular.
Quedan pocos días para el 28 de julio y los peruanos necesitamos que la transición de mando se haga de una manera ordenada y que no se traicione lo que queda de las políticas que han servido para el lanzamiento del Perú como protagonista de América Latina por sus logros macroeconómicos y su influencia en el subcontinente. En ese sentido, la orientación política que adopte o reconfirme Castillo tras el plenario del 24 de julio será crucial para definir los siguientes días de ejercicio del poder. ¿Querrá insistir sobre el despropósito de una Asamblea Constituyente? ¿Veremos un gabinete más político que técnico? ¿La confrontación con el Congreso, de mayoría derechista, será un elemento infaltable en los primeros días de Castillo como presidente? El maestro aún está a tiempo de reconsiderar romper esa alianza peligrosa.