Ayer fue un día de inmovilización total. Muchas personas cumplieron con la disposición, pero siempre hay un grupo de irresponsables, a quienes las leyes no les interesa.
La noche del sábado estuvo bastante movida. La Policía intervino reuniones familiares, parrilladas y hasta una concentración gallística, con mucha cerveza de por medio.
Hemos cumplido cinco meses de medidas restrictivas para frenar los contagios del COVID-19 y, lamentablemente, esto no ha sido posible. Si bien, desde el Gobierno, las disposiciones han sido erráticas, la población en la cual recae gran parte de la responsabilidad no se está comportando a la altura de las circunstancias.
La disculpa de que deben salir a trabajar es esgrimida en toda ocasión. Es verdad que se tiene que salir a trabajar, lo malo es no cumplir con los protocolos de bioseguridad. No se entiende porqué aún se siguen aglomerando en algunos lugares.
En el último mes las reuniones familiares y con amigos han incrementado los contagios y esto lleva a Gobierno a tomar medidas restrictivas. Lamentablemente el contagio solo se detiene cuando las personas tomen en serio todas las medidas de prevención.
Es verdad que, después de cinco meses sin salir todos queremos reunirnos con la familia, con los amigos, disfrutar una conversación, tomar una copa o simplemente abrazar a alguien. Eso no se puede, y cuanto más se incumplan las medidas sanitarias, más va a demorar.
El esfuerzo tiene que ser ahora. Es grande, pero se debe hacer. De lo contrario la economía de todos seguirá cuesta abajo y lo que es peor, la salud y la vida de cada uno sigue en alto riesgo. Hemos soportado muchas restricciones, hemos sufrido mucho por la pérdida de nuestros familiares, amigos y vecinos. Si queremos que esto cambie, si queremos volver a sentirnos tranquilos, lo único que nos queda es cumplir con las disposiciones del Gobierno.