Una interesante reflexión de Navidad es la que nos trae el arzobispo de Piura y Tumbes, José Antonio Eguren, quien nos invita a dejar el egoísmo y ser responsables los unos de los otros. Si uno piensa en los distintos acontecimientos que han ocurrido en este año, es inevitable no reprocharnos por ese desmedido individualismo que ha guiado muchas de nuestras decisiones, acciones y palabras.

El egoísmo no solo se refiere a aquellos actos con los que buscamos únicamente nuestro bien, independientemente de si pisoteamos el derecho de otros al mismo bienestar: también lo hemos visto en la convulsión política que ha dejado al país en una profunda división de la que será muy difícil recuperarnos tanto moral como institucionalmente. ¿Serán estas fiestas la oportunidad precisa para empezar a cambiar actitudes? Esperemos que así sea porque necesitamos llegar al Bicentenario demostrando madurez política y cívica. El altruismo llevado a la política es una cura contra la vanidad que usualmente envuelve al oficio de ser portavoz de la ciudadanía.

La responsabilidad para con los demás es otro tema pendiente en la agenda de la nación. Si algo nos ha enseñado la pandemia de coronavirus es que nada somos por nosotros mismos; somos también el producto de la sociedad. Nos debemos a ella y debemos cuidar a cada individuo pues el éxito o el fracaso serán igualmente colectivos. Cuidemos la salud del otro, como si cuidáramos la nuestra, evitemos ser parte del problema diseminando el virus sin ningún reparo moral. Ayudemos a los profesionales de la salud y a las autoridades a mantener activos los servicios, no seamos una carga. ¿Necesita ir al mercado? Vaya y compre lo que necesita y regrese a su vivienda. ¿Desea divertirse? No acuda a fiestas que podrían terminar en tristes sepelios, sino que aprenda a tener tiempo de calidad en familia. Sea consciente de que la salud, en estos momentos, es el bien más preciado, mucho más que las distracciones pasajeras.

Las autoridades han impuesto controles para evitar que la situación se salga de control y que el posible rebrote de COVID-19 no sea tan mortífero como el primero; en todo caso, está en nuestras manos la opción de tomar en cuenta todos los avisos de nuestros autoridades.