Después de semanas de exigencias y de reclamos, el Ministerio de Salud (Minsa) parece haber comenzado a atender la demanda de los piuranos: en esta semana llegarán 70 mil vacunas, informó el titular de la Dirección de Salud (Diresa), con las cuales se podría comenzar la vacunación de los mayores de 52 años de edad.
¿Un triunfo? Definitivamente, no. Sí un logro a medias, pues nada hubiera avanzado si no se exigía desde el periodismo y desde los espacios ciudadanos el avance de la vacunación, un proceso que, según boca de sus responsables, estaba estancado por falta de dosis y, como añadieron otros profesionales de salud consultados por diario El Tiempo, detenido por la falta de planificación. Durante semanas se ha avanzado lentísimo en la inmunización de las personas mayores de 60 años, mientras otras regiones nos llevaban amplia ventaja. Ahora la Diresa asegura que ha solicitado 200 mil vacunas más para que el proceso no se detenga, pero cabe preguntarnos si en todo este tiempo ha habido oportunidad de mejorar ese plan que hasta hace unos días, evidentemente, no daba resultados.
Por ejemplo, un problema que debe ser advertido y, por supuesto, corregido a la brevedad, es la comunicación deficiente. La Diresa -y el sistema de salud en general- no sabe comunicarse con su público objetivo, con aquellas personas a las que dirige sus servicios. La información de las fechas de vacunación ha sido desastrosa en todo el país y en nuestra región pues no se conoce adecuadamente la realidad comunicacional de nuestras provincias ni de los grupos etarios a los que pretende proteger. Confiarse en que una publicación de Facebook hará el milagro de que todo el mundo se entere de cuándo, dónde y cómo se desarrollará la vacunación es, sencillamente, ignorar cómo se informa la población. Las redes sociales, efectivamente, tienen utilidad, pero su utilidad es limitada si se toman en cuenta muchos factores. Este es solo uno de los muchos problemas que arrastra el proceso de vacunación. Hay, por supuesto, más por revisar.
En circunstancias como estas, en las que ciertas decisiones pueden afectar a un gran número de ciudadanos, todos -incluida la prensa- tenemos que ofrecer nuestro aporte con el objetivo de que los manejos de los asuntos públicos sean acertados.