La Dirección Regional de Salud (Diresa) parece manejada por una especie de cúpula que no entrega ni recibe información, un pretendido ente cibernético y autosuficiente que no escucha consejos ni justifica sus acciones.
Nos encontramos a puertas de una tercera ola de contagios de coronavirus pero la vacunación, la principal medida de protección ante esta enfermedad, sigue estancada. Otras regiones nos llevan una clamorosa ventaja (en Tacna, por ejemplo, ya se empieza a vacunar a los mayores de 40 años), pero aquí seguimos esperando algún milagro.
¿Qué pasa en Piura? No se sabe. No se sabe si las vacunas no llegan o si están guardadas en alguna parte. No se sabe si realmente no hay capacidad para abrir más locales de vacunación o si, simplemente, no se tiene idea de cómo hacerlo. No se sabe si el plan trazado no funciona o si, simplemente, no hay plan. Sería bueno que los titulares y funcionarios de la Diresa tengan la amabilidad de informar a la ciudadanía cuál es la real situación de la vacunación y de la lucha contra la COVID-19 en Piura pero, más allá de todo esto, sería bueno que también digan qué se hará para corregir la lenta marcha de la inmunización.
El sector privado y el Colegio Médico han alcanzado varias propuestas que hemos publicado en las últimas semanas porque, naturalmente, hemos hecho nuestra la preocupación por la salud regional, actitud mucho más comprensible en estos tiempos difíciles de pandemia, de temor y de esperanza. Justamente, por ello no entendemos el desdén de la Diresa o el Comando COVID regional (en el caso de que aún exista) o sus problemas para impulsar la vacunación al mismo ritmo de las regiones vecinas. ¿O es que los esfuerzos de la Diresa se ven defraudados por la indolencia del gobernador García, quien, al parecer, no se digna a acudir a Lima para tocar las puertas del Minsa o del Palacio de Gobierno para pedir más vacunas?
Mientras esto ocurre, mientras todos se apuntan con el dedo y se acusan mutuamente de ineficiencia, la población sigue desprotegida. No hay vacunas para Ayabaca. Solo hay centros de inmunización en 15 de los 65 distritos. Los sitios en las colas se venden hasta en 100 soles. La desesperación cunde y nadie quiere hacerse responsable. Así no se puede seguir.