El actual proceso de selección de los nuevos integrantes del Tribunal Constitucional, tal como está planteado -con postulantes que en su mayoría no tienen ni idea de la trascendencia del rol que tiene el máximo intérprete de la Constitución-, implica un grave peligro para el país.

Elegir a los miembros de este organismo es una de las tareas más importantes del Congreso de la República y, por tanto, debe contar con las máximas garantías a fin de que se adopte una buena decisión y se elijan a los magistrados más idóneos. Sin embargo, después de las entrevistas públicas a quienes postulan, la conclusión es que, salvo dos de los 17 candidatos preseleccionados, el nivel intelectual y profesional de la mayoría es bajísimo, dejan mucho que desear, no dan la talla y demuestran que el Congreso no está capacitado para esta delicada función.

En circunstancias normales lo más sensato habría sido esperar a que el próximo Congreso se encargue de la selección. No obstante, dada la complicada coyuntura, urge contar con un TC con miembros de peso capaces de dar una dura pelea a Pedro Castillo quien ha ofrecido cerrarlo (en caso llegue Palacio). Entonces, es fundamental mejorar a la brevedad posible los criterios de selección.

No solo se debe exigir mérito y capacidades profesionales a los postulantes, sino también que el proceso sea absolutamente transparente y ajeno al cabildeo político. Dado que los nuevos tribunos tendrán que hacer frente a los intentos comunistas de desaparecer al máximo intérprete de la Carta Magna, así como a la Defensoría del Pueblo, imponer una asamblea constituyente al margen de las normas vigentes, entre otros arrebatos dictatoriales, el país no puede darse el lujo de tener un TC conformado por novatos.

Una institución decisiva en nuestro ordenamiento constitucional debe contar con los mejores profesionales del Derecho, los más capacitados, de probada honestidad y premunidos del más inquebrantable compromiso con la democracia, la institucionalidad jurídica y con la defensa de los derechos fundamentales de las personas.

Elegir a profesionales con este perfil es lo que el país necesita con urgencia y que por tanto espera de los padres de la Patria. O logran un TC fortalecido por el bien del país, o lo empujan a un peligroso desequilibrio.