El gerente general del Banco de Crédito del Perú sostiene que el país no aprovecha la oportunidad de los precios altos de la minería. Pese a las crisis que golpean al país, agrega, el sistema financiero mantiene su solidez.
– Frente a la crisis internacional y nacional, ¿cuál ha sido la respuesta del sistema financiero?
Diría que es una respuesta positiva. El sistema financiero está en una posición de solidez. La situación macroeconómica del país, la fortaleza financiera, el nivel de reservas internacionales, el nivel bajo de deuda de PBI, el desempeño muy favorable de la balanza comercial y el precio del cobre, la verdad que nos han ayudado muchísimo a compensar grandes efectos de la crisis que se ha generado, sin duda por algunos aspectos internos que han [afectado] la inversión privada y el empleo, pero también por factores externos como la situación global generada por temas logísticos, pero también por la guerra. Dentro de todo, creo que estamos bastante mejor parados para soportar una crisis y poder tomar medidas que de alguna manera compensen [el impacto].
– Sobre el cobre, ¿el Estado debería cumplir un rol más promotor y no perder esta oportunidad?
Lo que ocurre es que estos superciclos de precios [altos] no son para siempre. El último superciclo fue a mediados de la primera década del siglo y llegó de la mano con inversiones muy relevantes en nuevos desarrollos mineros. El país creció arriba del 6% […] Ahora estamos en una coyuntura muy favorable y no lo estamos aprovechando; sin duda la inversión minera está complicada y bastante por debajo de años previos. El problema de Las Bambas y los anuncios de proyectos de estatización del cobre, sin duda tampoco contribuyen a que haya inversión. El precio del cobre está teniendo un impacto importante en la recaudación fiscal y en la reducción del déficit, pero si tuviéramos mucha más actividad minera con los controles y los cuidados ambientales, yo creo que es una oportunidad que estamos perdiendo. Claro, crecemos al 2% o 2,5%, cuando deberíamos estar creciendo a cifras mucho mayores. La inversión privada tiene un impacto importante en el crecimiento del país y en la generación de empleo, riqueza y por ende en la reducción de la pobreza. Y eso hoy día está, lamentablemente, en terreno negativo.
– Se pronostica una estanflación. ¿Cuánto crecería el país en ese escenario?
Las proyecciones que tenemos están alrededor del 2,5%. Este es un crecimiento insuficiente para reducir la pobreza que es al final el principal objetivo de tener un crecimiento país que impacte en su reducción […] Con crecimientos de 2,5% nos va a tomar muchos años estar en la situación similar al 2019. Tenemos que recuperar ese ritmo y círculo virtuoso de la confianza, inversión, generación de empleo y reducción de pobreza.
– ¿Y ahora está fallando la confianza?
La confianza está en un terreno negativo y la inversión privada está proyectada a tener un desempeño muy vetado este año. Sin duda, eso es lo que tendría que ser el motor de la economía de cara a generar nuevos puestos de trabajo, oportunidades y reducción de pobreza. Esta distribución de liquidez, a través de la liberación de CTS y AFP, de los bonos; ayudan en el corto plazo a mantener el nivel de consumo, pero eso se acaba en algún momento. En el largo plazo debiéramos aspirar a que haya más oportunidades a que el PBI, crezca […]
– ¿Cómo está la confianza de los empresarios?
La confianza está en un terreno bajo, evidentemente la coyuntura tanto global de la subida de tasa de interés, no ayuda y hace más difícil que los proyectos sean rentables, porque normalmente lo comparas con una tasa alternativa y si esta es muy alta, el proyecto se vuelve menos atractivo; pero también el ruido político que tenemos y la inestabilidad política que enfrenta el país, no son el escenario más fértil para el fomento de la inversión.
– ¿Sigue la fuga de capitales en el país?
Las cifras oficiales del BCR dijeron que US$15 mil millones habían salido de capitales a mediados del 2021. Eso ya, por lo menos, se había modulado. Lo que salió, salió y algo regresará en la medida que la confianza vuelva; en todo caso, creo que no ha tenido un impacto tan representativo en la economía del país.
– ¿Cómo está el clima de inversiones?
Lo estamos viendo en las cifras oficiales. La inversión va a verse limitada este año lamentablemente. Creo que lo que tenemos que hacer es recuperar la confianza y dar señales claras, como país, de respeto a la inversión y de reglas claras. El Perú tiene recursos y un potencial gigantesco de crecimiento importante. Los bancos están con capacidad para atender financiamiento de largo plazo. Están las necesidades, los recursos, pero creo que se necesita dar la tranquilidad y la confianza para que la inversión se dé.
– ¿Cómo fue el crecimiento de la banca digital?
En año y medio de la pandemia nos hemos digitalizado lo que hubiera tomado cinco o siete años. La pandemia nos forzó a creer más en los medios digitales. Hoy en día las transacciones en las ventanillas han pasado de 4 millones a 2 millones al mes. En tanto, las transacciones digitales han tenido un crecimiento exponencial. Tenemos más de 80 millones de transacciones al mes en Yape. Este aplicativo tiene casi 10 millones de usuarios y 1 millón 800 mil de comercios lo utilizan en el país.
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