En un contexto de hiperconectividad, donde quien posee un smartphone es un potencial emisor de información, surge un fenómeno que ha cobrado relevancia en los últimos tiempos: las fake news.
El doctor Tomás Atarama Rojas, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura, reflexiona acerca de las fake news, sus causas y potenciales peligros para la sociedad.
– ¿Qué son las fake news?
La traducción literal es noticias falsas, lo cual es una contradicción ya que una noticia o es verdadera o no es noticia. Lo adecuado sería hablar de desinformación o bulo. Sin embargo, la nomenclatura fake news se extendió por el uso constante que le dio el expresidente Donald Trump, cuando acusaba a un medio de manipulación informativa. Este término pasaría a formar parte de la discusión social, política y periodística. En castellano, hablamos de fake news para referirnos al fenómeno de la difusión de contenido intencionalmente falso.
-¿A qué se debe que hayan cobrado relevancia?
La primera razón es el ecosistema mediático en el que nos movemos; hoy cualquier persona con un celular es capaz de emitir un mensaje a muchas personas. Así, todos nos convertimos en potenciales difusores de contenidos. La segunda razón es la necesidad natural de las personas de tener certezas frente a un contexto que le puede generar incertidumbre, como una enfermedad o unas elecciones. El miedo y la ansiedad pueden llevar a las personas a aceptar sin mayor filtro aquel contenido que resulta conveniente o que apela a nuestras emociones.
¿Cuáles han sido los principales temas de estas noticias falsas?
Las noticias falsas abordan una gran diversidad de temas y lo hacen desde muy variados formatos, sin limitaciones. Lo que sí se viene evidenciando es que, por el contexto que vivimos, han adquirido una gran relevancia las fake news relacionadas con la pandemia y con la política.
-¿Qué consecuencias tiene la proliferación de noticias falsas relacionadas a temas sensibles?
La Organización Mundial de la Salud habla de infodemia para referirse a una sobreabundancia de información que incluye los intentos deliberados por difundir información errónea. En la infodemia no luchamos contra un virus, sino contra la mentira que daña nuestra mente y que también puede afectar nuestra salud al impulsarnos a tomar decisiones equivocadas. Las fake news tienen la particularidad de apelar fuertemente al lado emocional de las personas, con lo que evitan el filtro de razonabilidad que se impondría a un contenido en condiciones normales.
– La pandemia fue un caldo de cultivo para las fake news…
Ante un virus desconocido que amenaza la vida, las fake news que prometen soluciones inmediatas suelen difundirse a una velocidad extraordinaria. La emoción impera en ese momento, no interesa juzgar críticamente esa posibilidad que aparece a modo de cadena en nuestro WhatsApp, sino que hay que compartirlo porque se podrían salvar vidas. Sin embargo, cuando se analiza con cuidado, se puede estar promoviendo prácticas que atenten contra la salud de las personas y que aumenten el riesgo.
-¿Y qué hay del impacto de estas en la sociedad?
Las fake news, al alejar a un grupo de personas de la realidad, tienden a fomentar algunos fenómenos cada vez más dramáticos en nuestra sociedad, como la otrificación y la polarización. La otrificación implica dejar de ver en el otro a un prójimo, a alguien con quien dialogar, sino que se trata, a priori, de un enemigo a quien se debe atacar. La polarización, por su parte, lleva a quitar los naturales matices de la realidad para caer en un reduccionismo donde se encasilla a las personas en posturas normalmente contrarias.