Superada la crispada etapa de la proclamación presidencial, lo que queda para muchos peruanos hoy es el miedo y la incertidumbre, incluso, el pavor de lo que pueda ocurrir con un gobierno socialista a partir del 28 de julio y que hasta ahora no da signos de tranquilizar el ambiente político del país.
Por el contario, insisten en la asamblea constituyente y el cambio de Constitución, como si no existieran problemas mayores.
La persistencia de Castillo-Cerrón y los seguidores del partido del lápiz por estos temas solo alimentan la confrontación y polarización entre peruanos, pero también alargan la inquietud sobre la economía que se refleja en un dólar en alza, incremento de precios de los alimentos y combustibles, además de la paralización de la inversión privada y pública.
A una semana de asumir la presidencia, Pedro Castillo tiene el deber de unir y dar tranquilidad a los peruanos. Divulgar, por lo menos, los nombres de algunos de los integrantes de su gabinete podría evitar la especulación y la incertidumbre de el país, salvo que no tenga técnicos capaces o sea el propio Cerrón quien estratégicamente esté detrás de la designación de los mismos.