La batalla despiadada en las redes sociales entre simpatizantes, partidarios, trolls contratados o de vocación por los aspirantes a presidentes, no debería distraernos de la responsabilidad que los peruanos tenemos este domingo 11: elegir a los representantes del nuevo Legislativo (2021-2026).
Bastantes dolores de cabeza nos causaron los dos últimos Congresos populistas. ¿Y cómo será el próximo Congreso? ¿Será confrontacional y atomizado? ¿Seguirán con su perversa afición por el populismo y la demagogia?… No podemos olvidar que el Legislativo es uno de los tres poderes del Estado que permite equilibrar el poder político en el país, además de fiscalizar, proponer y aprobar las próximas leyes que van a regir la vida de los peruanos.
Aspirantes al cargo hay de toda laya. Desde caseritos que siempre están, pero que nunca salen, hasta los nuevos que llegan con verbo y ofrecimientos demagógicos. Los hay con sentencias, investigados, mentirosos, pegalones, mujeriegos… en fin. Lo importante es que al nuevo Congreso lleguen los más capaces, los de propuestas coherentes, pero sobre todo, de irreprochable conducta.