La polémica por el regreso de los escolares a las aulas a partir de marzo del 2021 está abierta. Mientras Educación apela a las clases presenciales, los médicos temen que esto contribuya a desatar una ola de contagios masivos; sin embargo, también preocupa llevar a los escolares a los centros educativos donde no hay garantías sanitarias porque muchos de estos carecen de los servicios básicos.

Los más reacios a aceptar la decisión del gobierno son los dirigentes del Sutep, pues afirman que actualmente el 54% de los colegios carecen de servicios básicos que garanticen el protocolo de aseo de los escolares. Por otro lado, están las Apafas, cuyos padres de familia sienten terror de enviar a sus hijos a los colegios, sabiendo que podrían infectarse.

Lo cierto es que mientras no haya una vacuna que proteja a los niños y a los maestros, se hace difícil la idea de aceptar que los escolares vuelvan a las aulas. Por otro lado, nadie garantiza que el Estado solucione los problemas de saneamiento de cientos de escuelas, pues hacerlo requiere de tiempo y sobre todo de una gran inversión. Si no se cumplen estos dos requisitos, será difícil volver a abrir los colegios.