En la lucha contra el coronavirus no solo bastan los buenos deseos; se requiere de compromiso, pero más de acción y eficiencia, lo que no ha ocurrido con el hospital temporal de La Videnita, al cual se prometió, durante su inauguración, implementar con oxígeno y camas UCI para la atención de los cientos de pacientes de COVID-19 que hoy hacen cola en otros nosocomios.

Hoy se cumple un mes desde que se lanzaron las promesas y hasta la fecha este centro hospitalario, que nació precisamente para aliviar la carga del resto de hospitales, sigue casi en situación de parálisis. No se le ha dotado de lo principal: las camas UCI y el oxígeno que es lo que más demandan hoy los pacientes, a tal punto que en espera de una de estas camas hay hasta tres pacientes, cuya condición grave de salud no está para hacer “cola”.

Es comprensible que el rebrote del virus en el sur haya distraído a las autoridades de salud y de la ARCC, olvidándose de las promesas; sin embargo, nuestras autoridades también se han echado al abandono y están dejando que este hospital siga allí como muestra de desidia, en lugar de exigir con energía su implementación.