Karelim López Arredondo, cuya fama mediática saltó por las visitas nocturnas al búnker de Pedro Castillo, en Breña, viste los colores del avezado lobista peruano. Ha sido aprista, fujimorista, vizcarrista y ahora castillista. Se ha filtrado astutamente en altas esferas del Congreso, Ejecutivo y hasta en la PNP que, según crónica de IDL-R, le rinden honores de general.
Es una lobista exitosa; se transporta en vehículos de alta gama, hace regalos costosos; ofrece favores en ascensos de policías y hasta se da el lujo de reunir a los más influyentes congresistas y jefes policiales en su casa. Es ella la que habría conseguido que la constructora Termirex gane sospechosamente una licitación de Provías por más de 233 millones de soles.
Pero ella no es la única lobista exitosa. En ese submundo de la gestión pública pululan muchos más, unos más astutos que otros; en Piura hay muchos, pero uno de ellos –Edgar Baca Palacios-, saltó a la fama al descubrirse que hacía y deshacía en el GORE, bajo la mirada cómplice del exgerente del GORE Piura, Jesús Torres Saravia. Tan hábil y buenas relaciones habrá hecho que hasta ahora la Policía no lo ubica. Sigue prófugo y haciendo lo que más sabe.