Las declaraciones de la aspirante a colaborada eficaz, Karelim López, y que han generado una afiebrada convulsión política, dejan la sensación que los ministerios, como Transportes y Salud con abultados presupuestos, se han convertido en una especie de botín para el entorno presidencial y también para ciertos congresistas, cuya vocación no es el servicio al pueblo que los eligió, menos a las doctrinas de su partido.
Pero de toda esta descomposición política lo que llama la atención a los analistas y distinguidos ciudadanos es la pasividad con que el peruano recibe esta andanada de escándalos y saqueo al erario público, es decir, no hay reacción alguna a la metida de mano a su bolsillo e impasible solo mira cómo se toma el poder, se direccionan obras o se negocian cargos en el Estado.
¿Dónde están los indignados? El exministro Jorge Nieto afirma que el cinismo y la falta de vergüenza de este gobierno seguirá adelante alentado con ello la ingobernabilidad. La Dra. Genara Castillo observa, con preocupación, que el peruano se está acostumbrando a tolerar la mentira y los actos de corrupción, a creer que eso es “normal”… eso, es muy peligroso.