Según Apoyo Consultores, en el país son algo más de 500 mil trabajadores quienes se acogen a la ley de promoción agraria. La Sunat y Salud confirman el dato por el registro de pagos de impuestos y seguros; los demás, más de 3 millones que viven y trabajan del agro, están en el sector informal; en las chacras atomizadas, a los que cada año los estafan o en los servis despiadados.

Por ello, el proyecto de ley que debate el Congreso solo alcanzará a estos trabajadores formales quienes, en vez de haber ganado con las protestas y la derogatoria de la anterior ley, han perdido porque habrá restricciones. Según Apoyo, quienes bloquearon carreteras son trabajadores maltratados y estafados por servis o enganchadores, a quienes esta norma, a pesar de sus protestas, no los alcanza.

Lo triste es que con el incremento de los costos de mano de obra, si lo aprueba el Congreso, se castigará directamente a las empresas formales, el sector más dinámico en la generación de empleo en los últimos 20 años y que ha dado a la agricultura tecnología, calidad y eficiencia. El populismo gana y vuelve a poner una piedra más en el desarrollo del país.