Pedro Castillo, en su torpe entendimiento, cree que ser presidente de la República le da derecho para hacer y deshacer en el Estado. Piensa que puede repartir a su antojo entre sus parientes y amigos paquetes de obras públicas.
Cree que puede hacer uso de los recursos públicos para sus viajes privados y por último, cree que puede burlarse de la justicia manipulando y borrando imágenes de tres cámaras de Palacio de Gobierno, tratando de salvarle el pellejo a su cuñada y a él mismo por ocultarla.
Esto, ante la ley, es una clara obstrucción a la justicia, como lo es el hecho de facilitar la fuga de su ex ministro de transportes y de su sobrino que hasta ahora no pueden ser hallados, así como el impedir el ingreso de la Fiscalía a Palacio, borrar y desaparecer pruebas, entre otras triquiñuelas legales tratando de bloquear cualquier pesquisa de la Fiscalía.
Con la desaparición de las imágenes de tres cámaras de Palacio, el mandatario y su gabinete deja en claro, una vez más, que hará todo lo posible e imposible por evitar que la justicia logre hacer su trabajo, incluso si tiene que encubrir o desaparecer pruebas y testigos. Decía un ex presidente: “El que no la debe… no la teme”.
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