Hacer compras en el principal centro de abastos de Piura hoy es toda una odisea. No hay estacionamiento disponible y el embotellamiento de vehículos vuelve loco al más cuerdo; todas las pistas y veredas han sido copadas, tugurizadas por los vendedores ambulantes que lo mismo venden ropa, zapatos, que verduras, frutas, aves y todo lo que se pueda ofertar.
En ese mar de informales hay que hacer malabares para esquivar a los carretilleros “rompe talones”; a los que intentan venderte caramelos, limones y ajos, hasta los que piden limosna. Y si esto no fuera suficiente, hay que estar atentos a los carteristas y cuentistas que abundan y son cada vez más audaces y creativos para dejar a los distraídos sin el dinero de las compras.
LEE TAMBIÉN ? Hola Buenos Días: ¿Para qué son útiles los prefectos?
El Complejo de Mercados hoy, con la Av. Blas de Atienza Cerrada o sin ella, sigue siendo el reino de la informalidad, la inseguridad, el abuso y el desparpajo. Es el territorio del caos donde el orden lo imponen los grupos de extorsionadores y los comerciantes abusivo que apenas han dejado corredores estrechos para que los compradores transiten a sobresaltos.
Síguenos en nuestras redes sociales:
- Facebook: Diario El Tiempo
- Twitter: @eltiempopiura
- Instagram: @eltiempopiura
- YouTube: Diario El Tiempo
- TikTok: @eltiempopiura