La Policía demoró en desbaratar una banda –de las tantas que aún deben operar dentro y fuera de los hospitales-, dedicada a la delictiva tarea de “robarse” y “renegociar” los medicamentos para los sufridos pacientes de la Covid-19. Medicina que no saben cómo ni con qué esfuerzo consiguen y hasta mendigan los piuranos procurando salvar la vida de padres, abuelos o hijos.
Desde el año pasado ya se rumoreaba y denunciaba que personal médico obligaba y exigía comprar medicamentos escasos y caros, pero no daban cuenta si realmente se aplicaban a los pacientes, pues estos están en calidad de aislados. Lo curioso es que ese medicamento escaso y muy caro solo se podía adquirir en el mercado negro que, irónicamente, funciona en los alrededores de los centros médicos.
“Homo homini lupus” decía el filósofo Thomas Hobbes. Cuánta razón cobra hoy su sentencia, pues a pesar del dolor y la muerte, los ladinos e insensibles siguen lucrando con la necesidad imperiosa de la salud y la vida de personas. No debería haber indulgencia para quienes atentan de esta forma abyecta contra la vida de quienes son hoy los más necesitados: los pacientes de la Covid-19.