Parece que la ministra de Salud vive en otro país e insiste en que el dengue está controlado y que, en las próximas dos semanas, bajarán los casos de infectados. ¿Y los 178 muertos a nivel nacional? Solo en Piura la cifra pasó de 49 a 58 fallecidos en 48 horas, mientras la cifra de infectados subió a más de 35 mil personas, considerando solo a quienes fueron registrados, porque hay miles más de afectados que no han pisado un centro médico y se curan en sus casas con medicinas compradas sin receta médica, con agua de coco o con algunos menjurjes recetados por la “abuela”.

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El panorama, contrario a lo que dice la ministra en Lima, se complementa con la falta de camas en hospitales; alza de medicamentos y carencia de personal médico capaz de atender a esa marea de infectados que pugnan cada día por conseguir una cama de hospital.

Parece que la ministra no termina de entender que, en situaciones como estas, en que la vida y salud de personas está en riesgo, es el Estado el que se pone al frente y ella, como titular de su sector, debe estar en la región monitoreando tareas y no dos horas como lo hace. Razón tienen los congresistas de pedir su cabeza.