Ciertos candidatos al Gore -con cuentas pendientes por cuadrar-, han copiado la estrategia de Pedro Castillo: hacerse las víctimas y apuntar su destructiva diatriba de plaza contra la prensa culpándola de “desprestigiar” su candidatura, en una suerte de guerra sucia que responde a “grupos de poder”.
¿Qué estarán ingiriendo esos aspirantes a gobernador? El delito que estos atolondrados postulantes imputan a los medios es difundir investigaciones y denuncias sobre las peripecias y argucias que algunos de ellos están desplegando para llegar al poder y lucrar a sus anchas.
¿Acaso no es verdad que algunos empresarios beneficiados con obras millonarias de las municipalidades, cuyos alcaldes son del mismo partido, están postulando?
¿Es falso el despliegue millonario de propaganda por toda la región sin que quieran rendir cuentas a la ONPE de dónde sacaron el dinero?… El cuento de la victimización funciona bien y enardece a las masas
Pero no los hace buenas personas ni mucho menos los hará buenos gobernantes. De allí la importancia del sentido crítico de los electores, pues esta vez no podemos tropezar otra vez con la misma piedra.
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