Un poco más de tres años después del inicio de la peste, más de 687 millones de contagiados y cerca de 7 millones de fallecidos en todo el mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró ayer el fin de la emergencia internacional por la pandemia de covid-19.
Adelantándose a interpretaciones erróneas, el director general de la OMS advierte que este anuncio no significa que el coranavirus haya dejado de ser una amenaza para la salud de la humanidad. El virus llegó para quedarse, sigue matando y siguen surgiendo nuevas variantes con el riesgo de causar nuevos aumentos de casos y muertes.
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El fin de la emergencia internacional significa que ha terminado la aplicación de una herramienta que la OMS usa para agilizar decisiones (en los gobiernos) cuando una enfermedad tiene un impacto grave en la salud pública, es inusual e inesperada, con riesgo de expansión internacional, y tiene capacidad de generar restricción de movimientos de bienes o personas.
Mil 191 días después (tres años y tres meses), es innegable que a nivel mundial la situación ha mejorado considerablemente, hay menos mortalidad y más inmunidad, ya sea inducida por las vacunas o por las infecciones naturales, pero todavía hay fallas en la vigilancia, especialmente en los países más vulnerables como el Perú.
Piura es un ejemplo de ello. Según el Colegio Médico, hasta fines de abril en la región se habían reportado 34 muertes por covid-19, la mayoría adultos mayores. En palabras de la directora regional de salud, el covid-19 sigue matando a los piuranos “de manera silenciosa”, la cifra registrada de contagios en el mismo periodo asciende a 891. Sin embargo, la mayoría de piuranos se olvidó de completar su esquema de vacunación.
Tal como lo advierte la OMS, “lo peor que podría hacer ahora cualquier país es usar esta noticia -el fin de la emergencia- como una razón para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que ha construido o transmitir un mensaje de que la #covid19 no es algo de lo que preocuparse”.
En Piura y las regiones impactadas por El Niño, por supuesto que debe ser motivo de preocupación porque ahora las familias enfrentan al covid y al mismo tiempo al dengue y otros seis males generados por las lluvias. Sin embargo, el sistema de salud sigue siendo precario.