La pandemia ha sido el mejor aliado para que la SBS empiece a meterle mano y ponga a raya al sistema financiero en el país. Una de las medidas es que a partir del 30 de agosto, todos los bancos, financieras y cajas municipales están obligadas a reprogramar y refinanciar las deudas. Lo más interesante es que, con esta norma, por fin se ha considerado como una obligación, la inclusión financiera de muchos ciudadanos.
Es decir, que a partir de setiembre, todas las entidades financieras que emiten tarjetas, están obligadas también a incluir la emisión de tarjetas de crédito que no esté sujeta al cobro de membresía como hoy lo hacen. Con ello, muchos usuarios podrán tener acceso a los créditos, pero sobre todo acceso a las redes para realizar pagos de servicios, créditos, etc.
Algo se ha avanzó, sin embargo, la SBS sigue blanda y no ha podido condicionar la reducción de las tasas de interés de las financieras y bancos. Es decir, que si bien estas entidades están obligados a implementar la inclusión, todavía habrá que irse con cuidado con los créditos por los altos o leoninos intereses que puedan aplicar algunas entidades financieras a los incautos. Están advertidos.