Es lamentable, pero se vienen tiempos difíciles para el Perú. Aún si el JNE resuelve satisfactoriamente el triunfo electoral de uno de los candidatos -y el otro lo acepta sin marchas ni protestas en las calles-, la incertidumbre política seguirá pasando factura en varios rubros económicos y así se mantendrá si los inversionistas siguen dudando del próximo modelo económico.
Por lo pronto, más de 10 mil millones de dólares están congelados por la paralización de inversiones de por lo menos el 30% de las empresas agroindustriales, mineras y metal mecánica en el país, según especialistas de la SNI; pues mientras no se aseguren reglas claras, ningún empresario de estos sectores arriesgará su dinero, y como consecuencia de ello, también se reducirá el empleo.
Se proyectó un crecimiento de la economía en 10% después de la caída abrupta por la pandemia, pero todo quedó relegado en este primer semestre porque para el empresario, el ruido político le genera desconfianza, por tanto, el reto del próximo gobierno será recuperar esa confianza con políticas y decisiones claras en el sector privado, de no ser así, la economía peruana se contraería en 8,5% y 10%, y con ello el empleo.