Todas las pruebas, acusaciones y delaciones que obran en Fiscalía hacen suponer que hoy el juez piurano, Juan Carlos Checkley, dejará encerrado, preventivamente y por 36 meses, al golpista ex presidente Pedro Castillo Terrones, a quien se le atribuyen presuntos delitos de organización criminal, colusión agravada y tráfico de influencias. Y aunque Pedrito jure que no se escapará, su compadre mexicano López Obrador seguramente ya tiene organizada su fuga, en caso quede libre.
Lo interesante de este caso es que siguen apareciendo pruebas de una red de conspiración que el propio ex mandatario empezó a tejer para librarse de la justicia, involucrando a congresistas, lobistas y hasta sicarios como el llamado Español, cuya misión (según Fiscalía) era eliminar a la fiscal de la Nación, Patricia Benavidez y a Harvey Colchado.
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También quedó al descubierto que el buen Pedrito intentaba organizar una DINI paralela para investigar y chuponear conversaciones telefónicas de sus enemigos políticos y para ello reclutó al congresista fujimorista, Luis Cordero Jon Tay, quien viajó a Panamá para conseguir equipos de intrusión telefónica ‘chuponeo`, al mejor estilo de las películas de conspiración organizadas. En eso, además de mentiroso, parece, era bueno Pedrito y sus asesores.
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