Ahora que el presidente Martín Vizcarra convocó a elecciones generales para abril del 2021, los dirigentes de los partidos políticos, comprometidos en el manoseo impúdico de la Constitución del Perú, deben estar preocupados pensando que el gran error cometido por sus desventurados congresistas, les pasará factura en las urnas electorales.
Ojalá así sea y el elector peruano empiece a tomar “conciencia constitucional” para entender que la Constitución es un documento casi sacrosanto que para ser modificado se requiere de trabajo serio, debate y un dictamen previo para llegar recién al pleno. No olvidemos que este documento debe tener vigencia en el tiempo y sobre todo, mantener el equilibro de poderes.
Por eso, lo que han hecho los congresistas no tiene antecedentes en la historia legislativa, tanto así que 16 asesores de la comisión de Constitución renunciaron en el acto, avergonzados por la forma irresponsable y precipitada cómo modificaron 8 artículos en un lapso de 4 horas y en un domingo por la noche, dejándose llevar por la pasión política y la piconería. Esto no ayuda, para nada, a la formación democrática de los peruanos.