De comprobarse los nexos entre adeptos y dirigentes del partido del lápiz y los “Dinámicos del Centro”, no solo se pondría en cuestionamiento la candidatura de Pedro Castillo, sino que, si logra colocarse la banda presidencial, su gobierno gozaría una débil legitimidad, pero la izquierda hará todo lo imposible, así sea por la fuerza, por mantenerse en el poder y convertir al país en la nueva sede del comunismo continental.
No olvidemos que Castillo ya carga con las denuncias de un supuesto fraude electoral, por lo que el 50% de los peruanos siguen sin aprobar su triunfo en las urnas. Si a esto se le suma los nexos de la red delictiva la cual, según investigaciones, habría financiado con dinero de extorsión y coima la campaña política de PL, esa débil legitimidad que le daría la banda presidencial se iría por el retrete.
Es por ello que la proclamación de Castillo no disipará la incertidumbre que se vive en el país, tampoco calmará el ambiente político y mucho menos tranquilizará al sector financiero y económico. Ojalá no fuera así, pero los peruanos debemos prepararnos para seguir soportando el drama político y económico que vive el país.