Parece que muchos piuranos son llevados por el mal. Se advirtió hasta el cansancio evitar aglomeraciones, reuniones numerosas, jaranas y, en especial, visitar las playas por fiestas de fin de año; pocos obedecieron, pues muchos creen ser súper humanos o inmunes al virus de la Covid-19 y sus diversas mutaciones.
Hoy las postas y centros médicos de Piura no se dan abasto para atender a los parranderos aquejados por malestares, fiebres y dolores, pues muchos han adquirido el virus en Colán, como lo confirman los médicos. Y esta es la primera ola de jaraneros producto de la Navidad, en los próximos días llegará la segunda ola de parranderos de fin de año. En los hospitales –para su conocimiento-, quedan menos de 10 camas UCI.
La mayoría de pacientes graves, según reportes de Salud, son personas que no tienen vacunas o solo una de ellas; esto ha encendido las alarmas del Minsa que ha vuelto a poner a Piura en el Nivel Alto, y con ello las restricciones respectivas como los aforos y el toque de queda. Si la población no colabora y reprime por unos días sus deseos de placer y jarana, los contagios por este virus podrían alcanzar niveles de espanto.