La pandemia ha sumido en la desesperación y quiebra a muchos emprendedores, pero también a cientos de familias que han perdido a varios de sus integrantes.
Pero quienes viven una tragedia aparte son los 10 mil 900 niños y adolescentes, hasta ahora, que han quedado huérfanos y desamparados porque sus padres cayeron víctimas de la Covid-19.
Las redes sociales son ahora la pizarra de los lamentos de muchas familias, a través de ellas, se ofrecen rifas, comidas, se venden artículos diversos y servicios, todo ello buscando solventar gastos de internamiento y sepelios de las víctimas; sin embargo, no hay un solo anuncio sobre el drama que viven miles los huérfanos de este virus.
El ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables tiene una Unidad de Protección Especial (UPE) que evalúa a las familias para determinar con quién se quedan los huérfanos. Si quedan bajo la tutela de algún pariente cercano, se otorga un bono bimensual de 200 soles, pero es nada para manutención y educación. ¿Cuántos niños más dejará esta pandemia? No se sabe, pero sí que el Estado debería buscar otro mecanismo legal y financiero para protegerlos.