A dos semanas de Fiestas Patrias, no hay fecha para proclamar al mandatario que asumirá, con el rigor protocolar y legalidad, la presidencia del país.
Sí bien el JNE resolvió al 100% las solicitudes de nulidad de actas, el proceso no concluye, pues deben ser remitidas a los JEE para su verificación y ratificación y luego retornar al JNE. Eso demandaría por lo menos una semana, si antes FP no contraataca con otra apelación.
Independientemente de la tarea del JNE, preocupan los plazos para la transferencia de gobierno. Siendo realistas, PL llega al poder rodeado de improvisación, sin cuadros técnicos destacados y con un presidente que es incapaz de hilar un mensaje convincente para los peruanos. A ello se le añade que no tendrá tiempo para conocer la situación real en que recibirán el país.
En tales circunstancias, con una crisis económica galopante y la pandemia pisando los talones; es probable que los peruanos no le den periodo de “gracia” al gobierno de Castillo, quien deberá posponer su Asamblea Constituyente y cambio de Constitución para enfocarse en solucionar los problemas urgentes. Salvo que insista en seguir improvisando.