Parece que el ministro del Interior, Luis Barranzuela tomó el lugar del soberbio de Guido Bellido en el entorno presidencial, pues en vez de aportar está desgastando peligrosamente al gobierno de Pedro Castillo. Un perjudicial lastre sobre el cual hay serios cuestionamientos de especialistas en seguridad nacional y también del Congreso, cuyos parlamentarios dudan de darle la confianza.
No es una campaña de la prensa contra Barranzuela, las evidencias son claras como el haber defendido legalmente a dos traficantes de armas implicados con las Farc de Colombia; además, por su hoja de vida profesional con 150 sanciones por rebeldía y abuso de autoridad. A todo esto se añade su posición de apoyar la legalización de la hoja de coca, con los problemas que esto conlleva por el narcotráfico y la deforestación de la selva.
Es probable que sobre esta “oveja negra” arrecie la crítica y oposición de los legisladores a la hora de darle el voto de confianza al gabinete de Mirtha Vázquez. Por lo pronto, la voz de alerta de mantenerlo en el cargo, tiene que ver con la seguridad de Estado y porque nadie confía en alguien con estos antecedentes y que carece de ética profesional.