Las bravuconadas del premier Guido Bellido, en vez de contribuir a reforzar la alicaída confianza en el gobierno de Pedro Castillo, agudiza más la crisis económica y de credibilidad; acelera la fuga de capitales (ha salido del país más de 13 mil millones de dólares a EE.UU. y Europa) y, como cereza de la torta, deja entrever una aguda descoordinación –o pugna de poder-, entre el premier y el propio Castillo que no da muestras de liderazgo hasta ahora.
Bellido parece no darse cuenta que cada intromisión y contradicción en la política de gobierno golpean directamente a Castillo y por rebote, a todos los peruanos. Desconcierta más la actitud del propio presidente porque no hace sentir su liderazgo y ‘cuadra’ a su premier; salvo que Bellido se sienta fortalecido por el apoyo de Vladimir Cerrón y su partido.
Esta intromisión de Bellido también desautoriza internacionalmente a Castillo quien en EE.UU. dio garantías a los inversionistas que vengan al país. Y como si esto no fuera suficiente, el partido de PL le dispara a los pies al seguir adelante con la propuesta de la asamblea constituyente. Méritos suficientes para ‘matar’ cualquier intento de inversión privada.