Parece que el despecho y la sed de venganza le ganan a Vladimir Cerrón quien ha llamado públicamente a sus huestes de Perú Libre a no aceptar cargo alguno en el gobierno de Pedro Castillo… Sin embargo, ha celebrado la designación de Richard Rojas como embajador en Venezuela. ¿Por qué será?

Con esta decisión, PL deja sentada y casi convence sobre su posición separatista del mandatario Castillo, quien a pesar de esta decisión, no toma valor y se deshace de los remanentes cerronistas por quienes –de no hacerlo ahora-, podría pagar un alto costo político de mantenerlos en el gabinete de Mirtha Vásquez.

Luis Barranzuela en el Interior y Carlos Gallardo en Educación representan un peligro pasivo para conseguir el voto de confianza del parlamento, tanto así que la propia ministra ha iniciado un periplo apurado por las distintas bancadas buscando apoyo. Al primero se le considera pronarcotráfico y al segundo pro Sendero Luminoso, Ahora que el mandatario no depende de las veleidades de Cerrón, cambiarlos allanaría el camino para que la premier logre la confianza y él mismo, rompa los últimos hilos que lo unen a PL. ¿Se atreverá?