Los piuranos parece que perdieron el miedo a la COVID-19 y hasta al toque de queda quedó solo como anuncio porque en la práctica ya no se aplica, no hay un solo militar o policía en las madrugadas de relajo y de eso se aprovechan muchos empresarios de la farándula para organizar fiestas y jaranas indiscriminadamente como ocurrió este fin de semana en la zona de Los Ejidos.
Y no solo allí, las fiestas volvieron a las viviendas y locales, mientras los restaurantes se olvidaron del protocolo y hoy los comensales atiborran los locales sin mascarilla y expuestos al virus que aunque no lo crean, no ha desaparecido, por el contrario, sigilosamente y aprovechando este desmadre, empezó a subir los contagios como así lo reportan en los centros de salud. Hace unas semanas había hasta 8 contagios, hoy se ha incrementado sobre los 25.
Lo peligroso es que es la variante Delta, más agresiva y contagiosa, la que ronda por la región. En Chiclayo ya se reportaron casos, en Piura se guarda silencio, pero de lo que sí estamos seguros es que si los piuranos no recuperan la ecuanimidad y responsabilidad, los casos podrían seguir subiendo, en especial entre los jóvenes.