Como era de esperarse, el presidente Martín Vizcarra rechazó ayer la “ingeniosa” idea del Gobierno Regional, de “encerrar” por 24 horas y por siete días a los piuranos, en una especie de toque de queda estricto. La propuesta, más bien, sirvió para resaltar –una vez más-, la fama de irresponsables e indisciplinados que ya nos han endosado a los piuranos durante esta cuarentena.
Tiene razón Vizcarra al señalar que detrás de cada ciudadano no puede ir un tanque de guerra para hacer que obedezca las medidas restrictivas. En efecto, los piuranos no necesitamos de cientos de policías y militares para discernir lo que la lógica y la razón nos dice: la seguridad, la salud y la protección de nuestra propia vida dependen solo de cada uno de nosotros. No de cuántos policías hay.
Tras el rechazo, no sabemos qué otras alternativas se les ocurrirá a los funcionarios del GORE, pero lo cierto es que la situación en Piura es crítica y se vienen semanas más duras por la cantidad de infectados, por el desorden en que cobran los bonos y porque nuestro sistema de salud colapsó hace mucho. La única alternativa hoy es la disciplina y la auto-cuarentena. ¿Podremos hacerlo?