Por los ambientes policiales los ánimos no andan tan festivos por estos días. Al retiro de 18 generales PNP, como parte de la reestructuración de la institución tras los violentos hechos registrados en las protestas, se suma ahora la de imponer gerentes de Servir para que estén a cargo de supervisar las compras que en el futuro se realice en la institución policial.
Es decir, a partir de ahora los encargados de la logística tendrán una lupa civil sobre el presupuesto y las compras que realicen, considerando que durante la pandemia se descubrieron escandalosos hechos de corrupción que puso en riesgo, incluso, a los propios efectivos de la Policía, pues se les dotó de equipos de seguridad y sanidad defectuosos, como las mascarillas bamba o el “rancho” adquiridos a precios desorbitantes.
A esta medida se suma la conformación de otra comisión de civiles para delinear las bases de la modernización de esta institución. El mensaje que este gobierno de transición deja es claro: en la PNP los niveles de corrupción son tan preocupantes que no se les puede encargar a ellos mismos su modernización y menos las compras para la logística policial. A buen entendedor.