No han ganado aún la segunda vuelta electoral y al interior del partido de Perú Libre el ambiente se torna tenso y corrosivo. Por su lado, el secretario general y dueño del partido, Vladimir Cerrón, sigue entusiasmado organizando conferencias de prensa, declaraciones públicas y pequeños mítines de lo “que hará cuando PL sea gobierno”. Él ya se cree presidente electo.
En su última declaración, Cerrón planteó la cuestión de confianza para desaparecer al Congreso y cambiar la Constitución y hasta se atribuyó un supuesto acuerdo con el embajador ruso para traer un lote de vacunas a Perú que puso en apuros a Castillo, quien se apuró en negar que no hay intromisión ni divergencia con su candidatura.
El problema es que las constantes declaraciones y atribuciones autoritarias del secretario de PL no solo minimiza o ningunea la autoridad del candidato Castillo sino que deja al descubierto un problema de roles y atribuciones al interior del partido que, de ser gobierno, generará más de un enfrentamiento. ¿Se desligará Castillo de Cerrón o seguirá bajo su autoridad y mando? ¿Quién gobernaría: Cerrón o Castillo?