La historia de esfuerzo del hasta hace poco desconocido Edilberto Gutiérrez, podrá servir de inspiración a muchos peruanos más, pero el acto de rechazar en plena ceremonia el diploma y medalla entregados por el alcalde de Abancay (con clara intención populista) se convertirá quizás, en el emblema que enarbolarán muchos deportistas en un país donde el deporte es la última rueda del coche.
PUEDES LEER ? Camco: Después de 25 años, Piura vive peor etapa en agricultura
El ganador de la presea de bronce en canotaje en los XIX Juegos Panamericanos Santiago 2023, representa a miles de deportistas peruanos que debe echar mano a las rifas y parrilladas para financiar su participación en eventos deportivos locales e internacionales. Claro, cuando ganan medallas, todos se suben al carro e intentan llenarlos de elogios y regalos, como lo ocurrido con Edilberto que, con justa razón, le dejó en el piso su diploma y medalla al alcalde salamero.
Y no solo falta el apoyo al deportista para viajar a representar al Perú, sino también para su preparación y sustentación, pues lo hacen con su propio esfuerzo y limitaciones. Ni siquiera existe infraestructura deportiva. Un ejemplo de ello lo tenemos en Piura con el tétrico estadio Miguel Grau.