Parece que la subida de Keiko Fujimori en las encuestas ha puesto nerviosos al candidato de Perú Libre, Pedro Castillo y a su socio Vladimir Cerrón. Después de la suavizada de discurso que dio en las últimas semanas, previo al debate en Chota, en un intento por calmar a los inversionistas y bajar el alza del dólar, volvió con el discurso estatista y autoritario.
Cómo confiar en alguien que va “dorando” sus promesas de acuerdo a la temperatura electoral, ocultando su verdadero plan estatista de gobierno. Empezó anunciado la estatización de las mineras, petroleras, hidroeléctricas y empresas gasíferas, así como la disolución de instituciones importantes como el TC, Sunedu o la Defensoría; luego se retractó prometiendo “convocatoria” empresarial abierta.
Prometió estabilidad jurídica y luego insiste en un referéndum para elegir una asamblea constituyente que le permita modificar la Constitución adecuándola a intereses de corte socialista. Con un discurso tan díscolo y autoritario como este, Castillo no ofrece garantía jurídica al inversionista y a los ciudadanos, mucho menos respeto a las libertades que hoy se viven en democracia.