Contrario a lo que muchos puedan pensar, la aprobación de confianza al gabinete de Aníbal Torres, por parte del Congreso, apacigua el fuego del debate actual, pero no soluciona el conflicto político de fondo que es el débil gobierno de Pedro Castillo, el cual no se le ve propósito de enmienda, por el contrario, insiste en la confrontación con la incursión de cerronistas y personajes cuestionados como lo que hoy están en los ministerios.
No se sabe cuánto más puede durar la tregua alcanzada hoy, pero en vista de la pasividad del Congreso, infestado de “Niños AP” con intereses personales y partidarios, los cerronistas y el propio Castillo es quien termina fortalecido y con un nuevo impulso para seguir adelante con la imposición de ideario de Perú Libre, y para ello, se hace necesarios desbaratar las instituciones, llenarlas de obedientes adeptos, aunque estos estén requeridos por la justicia.
A los congresistas les convine esta situación, que nada cambie, así justificarán su permanencia en sus curules aunque las encuestas les digan que se vayan junto al gobierno de turno. Malos augurios para los peruanos.