Las comunidades indígenas de la Amazonía han llegado a Belém, en Brasil, con un mensaje claro para los presidentes de los países que albergan la mayor selva tropical del planeta: hay que pasar de las palabras a los hechos y elaborar un plan urgente para proteger la selva de forma conjunta.
“Sin el bosque amazónico nosotros no somos nada. Sin él no vamos a sobrevivir”, alerta a EFE Lucenilde Guajajara Tembé, de la aldea Teko-haw, en el estado de Pará, en cuya capital, Belém, empezaron ayer los Diálogos Amazónicos, previos a la cumbre de líderes de la próxima semana.
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Debates entre países
Serán tres días de debates, conferencias y exposiciones en los que representantes de la sociedad civil van a compartir sus experiencias y presentar una serie de propuestas a los Gobiernos de los ocho países que conforman la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).
Madereros, amenaza
Lucenil de Guajajara es integrante del cuerpo de guardianes que ha creado su comunidad para protegerse de las repetidas invasiones de madereros y dice que ha venido hasta aquí para poner de relieve la importancia de salvaguardar los pueblos originarios como grandes defensores de la selva.
La Amazonía, “Nuestra madre”
“La Amazonía es nuestra madre y de ella retiramos nuestras medicinas, los alimentos y los materiales para artesanías”, declaró en el Parque de los Igarapés, adonde están llegando indígenas de todo Brasil para participar en los Diálogos y la Cumbre de Belém.
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Representando a los pueblos ancestrales del departamento de Putumayo, en Colombia, está Lucía Barbosa, miembro del Comité del Foro Social Panamazónico y del colectivo “Guardianes de la Andinoamazonía”.
Esta activista mestiza subraya que la Amazonía “es el bioma que garantiza la vida”.