La situación en Gaza alcanza niveles críticos con el asalto israelí al Hospital Shifa, un centro crucial para la atención médica en medio del conflicto. La operación, justificada por Israel como un golpe preciso contra Hamás, ha desencadenado temor y preocupación en la población, mientras la escasez de combustibles amenaza con paralizar servicios humanitarios en la región.

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El asalto a Shifa

En un dramático giro de los acontecimientos, las fuerzas israelíes llevaron a cabo un asalto al Hospital Shifa en Gaza en las primeras horas del miércoles. Este hospital, que alberga a cientos de pacientes, incluyendo recién nacidos, se ha convertido en un símbolo poderoso del sufrimiento palestino y ahora es el epicentro de narrativas enfrentadas en medio de la guerra.

Israel sostiene que Hamás opera desde el interior del hospital

Israel argumenta que el Hospital Shifa es un blanco crucial en el conflicto debido a la presunta presencia de un enorme centro de mando de Hamás dentro y debajo de sus instalaciones. Sin embargo, hasta el momento, no se han proporcionado evidencias visuales que respalden esta afirmación.

Esta acusación forma parte del argumento israelí de que Hamás utiliza a civiles como escudos humanos, mientras que los palestinos y grupos de derechos señalan que Israel está poniendo en peligro a la población civil en su intento de erradicar al grupo insurgente.

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La realidad en Shifa

Munir al-Boursh, alto funcionario del Ministerio de Salud de Gaza, informó que las fuerzas israelíes saquearon el sótano y otros edificios en Shifa, incluyendo áreas críticas como las secciones de urgencia y cirugía. La situación interna es descrita como caótica y aterradora, con pacientes, mujeres y niños aterrados por la presencia militar en el hospital.

Operación «precisa y selectiva»

El ejército israelí sostiene que la operación en Shifa es «precisa y selectiva» dirigida específicamente contra Hamás en una zona separada de donde se encuentran pacientes y personal médico. Afirman que los soldados están acompañados de equipos médicos y suministros esenciales, incluyendo alimentos para bebés y materiales para la atención neonatal. La verificación independiente de esta información resulta complicada en medio del conflicto.

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Impacto humanitario

Mientras el conflicto se intensifica, la escasez creciente de combustibles amenaza con paralizar la entrega de servicios humanitarios en Gaza. La red de telefonía celular e internet ya ha sido clausurada, aumentando la dificultad de comunicación en la región. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) anunció que sus instalaciones de almacenamiento de combustible en Gaza están vacías, lo que llevará al fin de las operaciones de ayuda, incluyendo la distribución de alimentos y medicinas.

El cambio de opinión de las autoridades de defensa Israelíes

En un cambio de decisión, las autoridades de defensa israelíes permitieron la entrada de 24 000 litros de combustible para labores humanitarias. Esta decisión, previamente prohibida bajo el argumento de un posible desvío del combustible para uso militar por parte de Hamás, se tomó en respuesta a un pedido de Estados Unidos.

El recuento del conflicto

Dos semanas y media después del inicio de la campaña terrestre en el norte de la Franja, las tropas israelíes han tomado el control de varios edificios clave y de un barrio céntrico de la Ciudad de Gaza. La mayoría de la población ha huido tras semanas de bombardeos, dejando a la región en condiciones desesperadas con la falta de electricidad y agua corriente.

El Ministerio de Salud palestino en Ramala reporta más de 11 200 muertes en Gaza, dos tercios de ellas mujeres y niños. Alrededor de 2 700 personas están reportadas como desaparecidas, y se estima que la mayoría podría estar sepultada bajo los escombros. La población restante se refugia en el sur del enclave, donde las condiciones empeoran a medida que continúan los bombardeos.