Pese a la emergencia nacional que vive el país, los hombres y mujeres de campo encargados de la producción de alimentos de primera necesidad no descansan, para que la población pueda sobrevivir a la cuarentena. Pero, aun así siguen siendo vistos con la indiferencia de las autoridades.

Las comunidades altondinas más alejadas y vulnerables de Piura, ubicadas en las provincias de Ayabaca y Huancabamba, donde nace el agua que irriga la producción que asegura la alimentación de la región, se sienten olvidados ante la emergencia nacional.

En este contexto el presidente de la Junta de Usuarios de San Lorenzo y del Fondo del Agua Quiroz Chira, el ingeniero Bruno Fossa Villar, señaló que si bien, se continua con la producción ante la emergencia, la economía de alrededor de 11 mil productores del valle de San Lorenzo sufrirá un desequilibrio, debido a la limitación que existe para el transporte de mango, arroz, limón, entre otros.

Además, otra de las preocupaciones que desequilibraría al sector agro productor sería la falta de lluvias en las zonas altoandinas (hasta la fecha han sido pocas), como se sabe es de allí que proviene el agua para irrigar la producción de alimentos.

“Los reservorios no cuentan con la capacidad de abastecer a los productores por todo un año. Cuando superemos el coronavirus, podríamos atravesar una sequía.

Recordemos que sin comida estamos camino al fracaso” indicó el ingeniero Fossa.

Sin bono 380

Los líderes de estas comunidades han manifestado su preocupación ante la situación nacional y la economía de la población del sector.

A la comunidad Campesina Segunda y Cajas del Distrito Carmen de la Frontera – Huancabamba no ha llegado el Bono 380.

Según Isela Torres, lideresa comunal, son 35 familias las afectadas.

Por la emergencia la actividad que mantiene su economía, la producción de panela, está paralizada.

Algunos han reciben el subsidio Pensión 65. Pero son muchos que se ven abandonados en este estado de emergencia.